Diego Oliva es un joven emprendedor de 28 años, con estudios en Mercadotecnia, oriundo de Tepic, Nayarit, que tuvo la visión de revolucionar el clericot, embotellando esta popular bebida.
Desde joven, trabajó en el ámbito restaurantero, percatandose que prácticamente en todas las mesas en las cuales había mujeres, la bebida predominante era el clericot, hecho que llamó su atención.
En el 2020, invirtió los $500 pesos que le dieron de finiquito derivado por el inicio de la pandemia, en el cual era su trabajo en ese momento; con eso comenzó su emprendimiento. La idea de como quería su producto siempre la mantuvo firme y comenzó a buscar botellas que se adecuarán a su concepto de ser diferente e identificado por su bebida, encontrando la azul de Marcelia. Realizó encuestas para saber si era del agrado de la gente, obteniendo resultados positivos y así quedó su envase.
Desde antes de iniciar, él quería que su botella tuviera corcho para garantizar mayor duración; lo empaco de esta manera y le ha funcionado bastante bien. Sabía que si embotellaba con fruta natural no iba a tener mucho tiempo de vida su producto, entonces comenzó a idear la forma de hacerlo encontrando la fórmula con fruta deshidratada.
Lo ofreció a sus conocidos para saber su opinión y mientras corrían los días, mejoraba la fórmula, el sabor, la imagen y el cómo llamarlo, armando poco a poco todo. Al inicio solo elaboraba botellas sobre pedido de sus familiares y amigos.
Antes de Marcelia, la marca era Rocelia, pero tuvo problemas legales con el nombre y sus cuentas en redes sociales fueron hackeadas, enviando el trabajo de un año a la basura. Hoy Marcelia es una marca registrada y Diego sigue tratando de recuperar su antigua página de Facebook para fusionarla con la nueva. Su logotipo son nudos celtas debido a que estos, después de ganar una batalla, celebraban tomando una mezcla de vino y frutas, creando así el clericot.
Diego ha hecho un tributo a su madre en dos ocasiones con los diferentes nombres de su marca; su madre era llamada María Celia Rodriguez y para la primera ocasión, mezcló su apellido con su segundo nombre para formar Rocelia. En la segunda vez, tomó sílabas de su primer y segundo nombre, creando Marcelia. Además de que deseaba un nombre femenino, por ser su mercado principal.
En diciembre del 2020 recibió el primer lugar en la Expo Emprende por su proyecto de Marcelia Clericot organizado por la Unidad Académica de Contaduría y Administración (UACYA) de la Universidad Autónoma de Nayarit. Actualmente Diego ha participado en exposiciones de emprendedores en diferentes ciudades de la república y principalmente en Tepic, donde está posicionando a Marcelia con éxito.
Aunque en el mercado hay productos similares, aún no hay ninguno como Marcelia, embotellado con fruta y prácticamente listo para ser disfrutado, siendo este el primero en su categoría, ya que solo requiere de ser enfriado y servido. Artesanalmente su clericot tiene una caducidad aproximada de 2 a 3 meses, siguiendo las recomendaciones de refrigeración. Actualmente se está realizando un estudio para poderlo industrializar y exportar fuera del país, para hacer real su visión. Hoy solo tiene sabor arándano – manzana, pero planea en el futuro cercano producir distintas versiones de Marcelia con nuevos sabores.
Puedes encontrar a Marcelia en sus distintos puntos de venta en Nayarit: “Ñam Ñam” (Morelos, entre Av. México y Zacatecas, en col. Centro, Tepic), “Why Not Concept Store” (España #36, Cd del Valle) e “Isamar” (Rayón #11 esq. con 20 de noviembre, Santiago Ixcuintla). En redes sociales está como Marcelia Clericot (Facebook e Instagram) y su teléfono para pedidos es 311 397 34 78, pueden pedir desde una hasta las botellas que deseen y hace envíos a toda la republica mexicana.