ALEJANDRO SERVÍN

“A VECES SE TIENE QUE TRABAJAR EN LO QUE NO TE GUSTA, PARA LOGRAR AQUELLO QUE SUEÑAS”

Joven de 27 años, nacido en Xalapa, Veracruz, licenciado en Nutrición, inició con su proyecto cuando un familiar le ofreció abrir un restaurante de mariscos en Tepic, Nayarit. En su inicio, apoyó en la organización y la creación del menú de la mano de su familia. El restaurante abrió hace 5 años cuando él solo tenía 22.

Al principio, veía este negocio como un trabajo más, ya que previo a abrir, tardó un año en conseguir los permisos y demás temas legales los cuales Alex no dominaba. Al abrir Altata, Alejandro hace un clic inmediato y le toma un amor desmedido al restaurante; por azares del destino, el familiar que lo invitó a abrir el negocio, se tiene que ir a vivir fuera del país y le propone venderle el restaurante, aceptando inmediatamente.

Durante su proceso de emprender ha tenido muchas experiencias tanto buenas como malas, pero lo más importante que tiene el ser dueño de un restaurante, es que siempre de una forma u otra tendrá alimento en su mesa. Considera que lo mejor que le ha pasado en Altata, es todo lo que ha podido aprender a diario y cómo le ha ayudado a crecer tanto en el negocio como en su persona. Y por otro lado, el reto más fuerte al que se ha enfrentado es a la pandemia, ya que a pesar de todos los obstáculos a los que se enfrentó al tener un restaurante trabajando durante todo este tiempo, jamás prescindió de los servicios de ninguno de sus colaboradores, no se dejó caer y hoy sigue en pie. Como emprendedor sabe que no puede quedarse donde está, que debe crecer, innovar y actualizarse diariamente en cada área.

La clave de su éxito es ofrecer buenos alimentos, un buen servicio, no bajar nunca la calidad en sus productos y sobre todo, siempre mirarse a sí mismo, siendo su propio crítico y no observando minuciosamente qué hacen los demás; estar presente siempre en el negocio, tener todo en orden, ser organizado y tener un equipo centrado a los cuales nunca se les ha hecho sentir solo como trabajadores, sino como socios; cada uno en su área es importante y lo que hacen funciona para que todo marche bien, para que los clientes se mantengan y se vayan con una buena experiencia que los haga regresar. En Tepic, donde hay un sinfín de restaurantes de mariscos, esto es lo que marca la diferencia entre Altata y los demás.

Es un joven de 27 años, con un restaurante exitoso desde hace 5, con la meta de franquiciar, a la par de desarrollar otros proyectos que tiene en mente, ya que no le gusta quedarse quieto; lo más emocionante de haber emprendido, fue que se dio cuenta de su capacidad, de cuánto puede aguantar y como su cabeza trabaja, entendiendo que al incursionar en el emprendedurismo, no se tienen días de descanso, eres dueño totalmente de tu tiempo y lo debes repartir entre todas las actividades que se tienen que hacer, no hay nómina fija, no existen los aguinaldos, la prima vacacional es algo desconocido y eres la base de todo el proyecto, estando siempre tras tu equipo empujando hacia adelante y si alguien cae, debes apoyar a levantarse o incluso ocupar su lugar, para eso se deben conocer todas las áreas del negocio. Es muy difícil, pero los resultados son gratificantes.

Actualmente ayuda en otros proyectos en Ciudad Juárez, Guadalajara, Vallarta y Tepic, haciendo la estandarización, menús, manuales operativos, etc. Ha dado conferencias en la Universidad Tecnológica de Nayarit (UTNAY), en la Universidad Vizcaya de las Américas y a nuevos emprendedores.

Hoy considera que no tiene competencia, sino que ha formado equipo junto a sus amigos dueños de otros negocios, pensando que él los necesita y ellos a él, porque en los negocios se trata de apoyarse unos a otros para crecer y que a todos les vaya bien.

El consejo que él le ofrece a otros, es que no tengan miedo nunca a emprender, una gran idea dura solo tres días y si no la ejecutas en ese tiempo, nunca lo harás. Haz lo que sea necesario para que se dé, a veces se tiene que trabajar en lo que no te gusta, para lograr aquello que sueñas.
Se ve en el futuro con una cadena de restaurantes, al igual que siendo dueño de negocios diversos, apoyando y buscando personas que compartan su visión para remar juntos y llegar al punto, más rápido. Para Alejandro, ser un líder no es mandar a otros y ser el dueño de la empresa, para él, liderar es impulsar a los demás para lograr juntos un negocio exitoso.