“SI NO TE SALE 10 VECES, INTÉNTALO DE NUEVO PORQUE PUEDE QUE SALGA EN EL ONCEAVO INTENTO”

Hombre joven que desde muy pequeño se forjó a base de carácter, que lo ha llevado a ser lo que hoy es y lograr todo lo que tiene, ya que nada le ha caído del cielo. Aferrado a sus sueños, necio y con un carácter que lo lleva a “caber” donde sea, así es como se puede describir a Carlos Platt.

Su pasión por emprender viene en la sangre: Por el lado paterno, su abuelo emprendió con tiendas de talabartería en el centro de Ixtlán del Río, Nayarit, vendiendo principalmente sillas de montar, huaraches y sombreros. Siempre lo vio trabajar y nunca desperdiciar la forma de hacer dinero; recuerda que en muchas ocasiones observó a su abuelo hacer “trueque” de productos con otros comerciantes, vendiéndolos y sacando dinero.

De él también aprendió a ser perseverante, ya que a pesar de ser una persona mayor, era él mismo el que iba y atendía a sus clientes. Otra lección de muchas que le dio fue: “No dejar ir nunca al cliente”, recordando cómo en muchas ocasiones su abuelo no ganaba pero recuperaba su ganancia para invertir de nuevo.

Por el lado materno saco lo ganadero, Carlos viene de una familia muy importante y reconocida en ese giro en el estado de Sonora, por eso de una forma u otra, dice que lo trae en sus genes. Se crió en un rancho, viendo la charrería y la ganadería desde que era un bebé, volviéndose un emprendedor en todo lo relacionado a lo agropecuario.

Carlos entró muy pequeño en el mundo del emprendedurismo cuando a los 9 o 10 años, sacó una mesa fuera de su rancho y puso a la venta dulces. Con el pasar de los días se “asoció” con un primo. Su tía compraba los dulces y ellos los vendían. Así es como por primera vez puso un negocio, se asoció con alguien y generó dinero.

Rancho la Zarca, la empresa que Carlos creó, inició cuando él sólo tenía 12 años de edad. Para su cumpleaños #12, le pidió a su papá avestruces, al principio se negó, pero terminó regalándole 6 pequeñas crías. Después de un año, las crías se habían vuelto adultos, poniendo a trabajar su mente para saber qué hacer con ellas; en su clase de computación buscó donde venderlas, encontrando el teléfono de una persona en Ciudad de México que vendía carne exótica en el mercado San Juan. Sin pensarlo, lo contacto y luego de una breve conversación al teléfono, logró vender la carne de sus avestruces, pero pensando “más allá”, sabiendo que él solo contaba con 6 animales, contactó al amigo de su papá (quien le vendió las crías) y luego de contarle lo de la llamada, el señor confiando en él, le dijo: “Si tú tienes el cliente, yo te doy las avestruces, mátalas y véndelas”. Así fue como él solo se enseñó a sacrificar animales a los 13 años.

Poco a poco comenzó a mandar la carne a Ciudad de México desde Guadalajara y a los 14 años ya manejaba él mismo el vehículo en el que transportaba sus pedidos, e iba por carretera desde Ixtlán del Río hasta Jalisco.

Luego de un tiempo de vender carne de avestruz a este cliente, comenzó a pedirle carne de otros animales, como jabalí y venado, Carlos no la tenía pero con la enseñanza de no dejar ir al cliente, le dijo que sí. Así comenzó su empresa y por eso en el logotipo dice “desde 1999”.

Al emprender se enfrentó a grandes retos, primeramente emocional porque existen muchas subidas y bajadas en el proceso, que solo quien lo vive, es quien lo comprende. Es difícil centrarse y no perder el punto al que se quiere llegar, por eso recomienda “Si no te sale 10 veces, inténtalo de nuevo porque puede que salga en el onceavo intento”, el reto es no darse por vencido, porque cada vez que subes y caes, el golpe es más duro, pero al mismo tiempo es más sencillo iniciar, porque ya se tiene una experiencia previa. En lo económico también le fue complicado a Carlos, porque tenía metas muy grandes y firmes. Y cada vez que las lograba, ya estaba pensando en lo que seguía.

A pesar de que Rancho La Zarca tiene más de 20 años funcionando, Carlos pasó al menos 17 años sin ayuda; él criaba, sacrificaba, empacaba, distribuía, vendía, cobraba y hacía publicidad en sus redes sociales. Hoy cuenta con un equipo que lo apoya en cada área. Pero le costó mucho delegar actividades, ya que considera que nadie lo hará mejor que él por el amor y pasión que le pone a su trabajo, pero aún así los invita a que actúen por su cuenta y tomen decisiones, basándose en lo que conocen de él para comenzar a quitarse trabajo, ya que ahora para él es muy complicado controlarlo todo.

Cuando trabajas y todos los días “desayunas, comes y cenas tu negocio” el proceso de crecimiento no es tan complicado y hasta resulta sorprendente cómo evoluciona. Carlos recuerda cómo llegó a tener una marca, ya que aunque se dedica a la venta de carne, no se considera “carnicero”, ya que no tiene la típica carnicería, sino tiendas a las cuales llama “boutiques” donde se puede encontrar diferentes tipos de productos como cortes, cervezas, quesos, vinos, sazonadores, carbón, etc.

A los 28 años, Carlos ya tenía su marca en una de las tiendas líderes de autoservicio en México especializada en productos gourmet: City Market. Logró ingresar a esta tienda de la forma más sencilla que él hubiera imaginado. Durante un viaje al estado de México para encontrarse con una clienta, le presentaron a un hombre, que lo llevó a Plaza Carso, a las oficinas centrales de Grupo La Comer.

Entraron a la oficina de uno de los gerentes de compras de esta empresa y ahí se le comentó a Carlos que en La Comer, siempre se había vendido “exóticos”, pero nunca como una marca; tras una conversación en la cual Carlos mostró las imágenes de animales criados en su rancho y la carne de su marca, el comprador quedó encantado, felicitándolo y pidiéndole a su asistente diera de alta todos los productos de Rancho La Zarca; dando inicio a todo, en menos de media hora.

Hoy, ya también logró entrar a las tiendas OXXO, siendo el primer vendedor de carne ahí, iniciando con la venta en los estados de Nayarit, Jalisco y Michoacán.

Tras tener un largo camino recorrido, Carlos considera que los valores que rigen su vida como empresario son: siempre tener palabra, confianza en su equipo, en sus clientes y sobre todo en él; honestidad en lo que hace y sobre todo con él mismo; calidad en todos los productos que vende, así como en el servicio que brinda y por último, aunque no menos importante: responsabilidad con sus clientes y animales.

Como emprendedor y ahora empresario, el consejo que ofrece a quienes van iniciando o pretenden hacerlo es: “Primero antes de emprender, piensen muy bien si en realidad quieren hacerlo, para que no pierdan su tiempo pensando que es fácil. Emprender no es para cualquiera y es muy complicado, se necesita mucha constancia y perseverancia”, agregando también que: “Tengan mucha paciencia y no se detengan, cada vez que se caigan vuelvan a empezar y no se detengan hasta que den con el clavo” .

Los puntos que considera clave en un emprendedor que va iniciando son:

• Visión. Para saber y entender hacia dónde vael negocio emprendido.

• Perseverancia. Aplicarla en lo que sea que se haga, hasta llegar a donde se quiere.

• Perder el miedo. Emprender será difícil una y mil veces, pero solo el emprendedor sabe si lo desea o no.

Para Carlos, el futuro tiene muchas metas a lograr, entre ellas, tener una empresa más sólida de lo que es hoy, con buenas bases y logrando entrar a diferentes supermercados, con los cuales ya se encuentra en pláticas. Agradece infinitamente a sus padres por todo el apoyo que le han brindado toda la vida y ahora en su empresa.